SENTIMIENTO
E ra un día de verano, la gente iba a la playa, un pobre hombre vendía en la esquina de Fragata. Vendo perritos de cuerda, y vendo también obleas... Mi hijo Luis lo escucha: casi se muere de pena. La gente pasa de largo, nadie se para a comprar, perritos, perritos vendo y obleas de calidad. Mi hijo se va muy triste: nadie lo mira, mamá...