GAFAS DE CERCA: JUANITO

Saturday, March 17, 2007

JUANITO




Hacia el once o doce de agosto llegaban siempre. Año tras año.
Y, cada año, Juanito venía más alto, un poquito mayor.
Era rubio, los ojos azules, la piel muy curtida por el sol, y esa viveza que le daba el andar siempre de pueblo en pueblo, de feria en feria.
El tiro al blanco de los padres de Juanito era azul y blanco, había que demostrar la puntería derribando palillos de dientes, tres palillos derribados y te daban el premio: un llavero, una botellita de anís, un peluche polvoriento, cosas así...
Juanito tenia dos hermanos y una hermana, pero el preferido de la niña, su amigo, era sin duda Juanito.
En cuanto llegaban y levantaban el tiro y su “casa” ambulante, Juanito y la niña se iban por ahí a jugar, a montar en bicicleta, a tirarse desde el muelle haciendo “la bomba”, a coger cangrejos, a cruzar a nado a la otra banda.....
A Juanito le llamaba la atención lo que no tenía: la bicicleta de la niña, sus juguetes, el agua corriente, los libros... A la niña lo que le gustaba era lo que tenía Juanito: las fichas gratis para montar en la noria, en la ola, en los coches topes. Y, cómo no, tirar en el tiro al blanco de Juanito, ese tiro al blanco que por la parte de atrás era una improvisada casa que olía a agua sucia, a tierra mojada, y en la cual dormían por las mañanas sobre colchones tirados en el suelo.
Cuando llegaba el día quince, y ponían la cucaña, y pasaba la Virgen del Carmen por delante de la feria y de la casa de la niña ( pegadas estaban una a otra), y luego, por la noche los fuegos artificiales iluminaban las aguas y los cielos, la niña sabía que la feria tocaba a su fin.
Cada año se llenaba de melancolía, de nostalgia, cuando empezaban a desmontar las atracciones, y sentía un gran vacío interior.
Se decían adiós, hasta el año que viene, y la niña trataba de imaginarse a Juanito en invierno, pero no podía. Juanito era un ser de agosto, y nada más que de agosto.
Juanito y la niña fueron creciendo, y hubo un año en que Juanito y su familia se fueron de Punta Umbría y no volvieron más. Tal vez habían cambiado de ruta, tal vez habían cambiado de oficio, tal vez habían prosperado. Quién sabe.
Pero la niña, en cada feria siguió buscando con la mirada a Juanito, y cada vez que pasaba delante de un tiro al blanco no podía evitar volverse para ver si era blanco y azul.

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4 Comments:

  • '''sencillamente magnífico '''

    Gracias por esa bonita historia, Dolo

    By Anonymous Anonymous, at 8:09 AM  

  • Bonita historia. A Juanito no lo podemos imaginar ya de otra manera que como nos lo has contado, como un niño ambulante, siempre de feria en feria, siempre niño, fascinando a otros niños y niñas por la suerte de poderse montar gratis en los coches topes.

    By Blogger Paco, at 2:01 PM  

  • quiero que sepas que cuando necesito relajarme o desconectar del mundo entro en gafas de cerca. !ya por fin he aprendido¡
    aunque soy anonima,espero que tu me conozcas. yo tambien conoci a Juanito, me ha encantado, yo no se escribir. ya creo que me conoces. un beso

    By Anonymous Anonymous, at 2:15 PM  

  • Tu comentario, "anónima que conociste al Juanito de carne y hueso" me ha emocionado mucho. Me alegra mucho mucho que visites mi página, ya sabes que eres como mi hermana mayor.
    Me encanta que estés ahí, también en mi blog, además de en mi vida.

    By Anonymous Anonymous, at 12:23 PM  

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