SI NO EXISTE FUTURO, NO HAY PASADO

O el hombre para, o muere el mundo:
la bola de color que tuvo vida.
El cerebro se ha vuelto suicida.

Y aquellas primeras mutaciones,
y aquel fuego, y aquel primer primate,
y aquellas culturas que pasaron,
y aquel llegar a lo que se ha llegado.

Todo, todo, habrá sido pura fantasía,
si no existe futuro, no hay pasado.

Y quién dirá la luna que no salga,
que ya no hay hombres que le tengan como mito,
que ya no hay hombres que bajo su luz se amen,
que ya no hay hombres que estudien sus ciclos.

Y quién dirá a la luna que no hay agua,
mares que controlar con dulzura,
y quién le dirá que ya no hay pantanos,
ni ríos, ni arroyos, ni lagunas.

La luna no será más, no tendrá espejos,
la luna se olvidará de que es la luna.

Se lo dirá la monótona paciencia
de ver transcurrir los siglos sin testigos.
Se lo dirá el Universo, mudo y sordo,
cuando el canto de La Tierra esté perdido.

Se lo dirá el aire polvoriento
que quedará sembrado de voces quejumbrosas,
de flores desechas, niños muertos,
angustia flotante, ciudades rotas.

Y La Tierra, la mujer, el hombre, habrán sido
sólo un instante, un azar,
que tuvo que existir, y existió:
no hay más.

Pero quién dirá a la luna que no tiene
ya compañera para cortejar en el futuro,
que por los siglos de los siglos ha quedado sola...
¡Se volverá loca! Morirá de susto.