GAFAS DE CERCA: CUANDO LOS HIJOS CRECEN

Saturday, October 04, 2008

CUANDO LOS HIJOS CRECEN

Cuando los hijos crecen, dejan de ser esos seres pequeñitos , tiernos, que sentimos como parte nuestra, esos cuerpecitos que abrazamos recién despiertos por la mañana y huelen de manera inconfundible para nuestro olfato materno, o paterno, esas mejillas que nos comemos a besos...
Todo comenzó a cambiar ese día que no nos quisieron dar un beso delante de los amigos, ese otro día que no nos quisieron contar algún secretillo, ese otro día en que dijeron que no querían venir el domingo al campo.
Y comenzamos a no poder saber cada paso que dan, o quien les dañó, o qué les preocupa en cada momento, si el amor les ha dejado tocados.... Ni podemos defenderlos del mundo, ni de sus propios pensamientos o sentimientos. Sólo podemos estar ahí para cuando decidan contárnoslo, para cuando pidan ayuda, para compartir sus alegrías y logros.
Era más fácil cuando bastaba poner un aparatejo para que no les picasen los mosquitos por la noche, o ir a hablar con el tutor para que nos contara cómo lo veía, o pasar la noche con ellos cuando tenían anginas, o invitar a sus amigos para que siempre estuvieran acompañados, o encenderles la luz si tenían miedo de la oscuridad...
Cuando los hijos crecen, pensamos con tremenda nostalgia, qué rápido pasaron tantos días y tantas noches, como se le fueron quedando pequeños un pijama tras otro sucesivamente, así como tantas otras cosas, pensamos y cuestionamos si hicimos todo correctamente, si pudimos hacer más en su infancia, si alguna vez no estuvimos a la altura, si siempre supieron cuanto le queremos.
Cuando los hijos son pequeños, nos cansa tenerlos todo el día encima, nos sentimos aliviados cuando por fin se duermen por la noche, agradecemos que las abuelas se los queden unas horitas, queremos que se hagan un poquitín mayores para tener más tiempo para nosotros...
Pero cuando crecen, sentimos nostalgia de esos días en que nada más que existían ellos, sus risas, sus llantos, sus gracias, sus ocurrencias....
Cuando nuestros hijos crecen, nos queda la alegría de que sean buenas personas, de que vayan por buen camino, de haber hecho de ellos unos hombres y mujeres.
Pero dejarlos ir cuesta, es cortar un cordón umbilical invisible, esta vez no está la matrona para cortarlo, lo tenemos que hacer solos, en nuestra mente, en nuestra alma....
Dejarlos ir.
Parece fácil cuando lo oimos, sabemos que ocurrirá desde que nacen, es ley de vida, nosotros lo hicimos. Pero cuesta aceptarlo.
Ya no somos los "reyes magos" de su vida como cuando eran pequeños, ya no somos perfectos a sus ojos, vino la vida a desbancarnos, vinieron los amigos a comernos el terreno, se fueron conviertiendo en dueños de su propia vida.
Siempre estaremos ahí, en la cercanía o en la distancia, hasta donde nos dejen estar; si se van, esperaremos a que vuelvan; si se alejan , esperaremos a que se acerquen; habrá que respetarles, habrá que comprender que ya no son niños...
Todo está bien, todo está en su sitio, es lo que toca, es lo que debe ser. Pero qué duro, qué maravilloso, y qué duro a la vez , es aceptar que los hijos crecen.
Hay que soltar amarras, qué remedio: una vez más, la vida manda...

10 Comments:

  • Duele mucho, muchísimo, aunque intentemos ocultarlo....que maravilloso relato.

    By Blogger Jota, at 1:46 PM  

  • Me encanta cómo lo describes. Me emociono al leerlo. Creo que es duro para ambos en ocasiones. A veces duele tanto a los padres como a los hijos... besos.

    By Blogger Egeria, at 4:13 AM  

  • Qué bonito.

    Cuanto más se quiere a alguien, más dolor nos produce, aunque no ocurra nada malo, aunque no se porten mal ni nos defrauden, basta con preocuparse para que duela...

    La ilustración es maravillosa. ¿De dónde la has sacado?

    By Blogger Félix Amador, at 1:24 AM  

  • Se me ocurre que ser padres es garantía de padecer más tarde o más temprano, más fuerte o más suave, el síndrome de Estocolmo.
    Por otra parte, es duro, pero te hace sentir, ver lo que de verdad tiene esta vida.
    Un beso

    By Anonymous Anonymous, at 1:29 PM  

  • Pero en el fondo -y eso no es malo- siempre seguirán siendo nuestros niños. Aunque deban alejarse y nosotros resignarnos.

    Besos.

    By Blogger ralero, at 9:34 AM  

  • Hola, dolo, sólo me he mudado a un lugar más acorde con mi estado de ánimo. Cuando se está mucho tiempo en el exilio no puede ocurrir otra cosa.

    http://hipogeo.blogspot.com

    Un abrazo.

    By Blogger ralero, at 1:37 PM  

  • Ay!, es verdad que da cosa leerte, y eso que yo no entiendo nada de esto...

    By Anonymous Anonymous, at 3:14 AM  

  • hola nina me ha encantado, como sabes expresar tus sentimientos, bests.

    By Anonymous Anonymous, at 2:12 PM  

  • ...pienso que todos los que hemos sido padres, existe en nuestras vidas un antes y un después.
    Es gratificante, pero no fácil, ser hijo tampoco lo es.
    Un abrazo grande.

    By Blogger MLPH, at 11:58 AM  

  • Con forma de niño y cuando los hijos crecen... son enormes, reales, sentidos y magníficos. Son vida, es la vida.
    Eres genial, Dolo, contando tus cosas que, en parte, también son nuestras cosas. Nos vemos reflejados. Gracias.

    By Blogger qts, at 7:58 AM  

Post a Comment

<< Home