HUELVA, LA GRAN CONTAMINADA
El pasado jueves un buen puñado de onubenses salimos a la calle para volver a decir lo mismo que ya hemos dicho tantas veces.
Que estamos cansados de vivir esta injusta situación en la que día a día respiramos los humos tóxicos que salen por las chimeneas de las fábricas.
Que estamos cansados del muro de hormigón y gases contaminantes que nos separa de nuestra ría, que nos condena a ser una ciudad maldita, que nos impide tener la idiosincracia marinera que nos corresponde.
Que estamos cansados de abrir las ventanas por las mañanas para ventilar, y tener que cerrarlas porque nos da miedo lo que entra.
Que estamos cansados de llevar por la mañana a los niños al colegio, y que algunos días, la primera bocanada de aire que les entra en la calle dé miedo.
Que estamos cansados de convivir con esa alucinante y surrealista balsa de fosfoyesos que sigue creciendo cada día, como un monstruo devorador que nunca se sacia.
Que estamos cansados de vivir con la duda de por qué en Huelva hay tantas enfermedades, y que nadie responda.
Que estamos cansados de que nadie nos oiga, de que los políticos de Huelva no hagan nada, pero nada nada, por salvarnos de tanta injusticia, que se tapen los oidos, que se echen las culpas unos a otros, que ignoren, que desvien la atención a temas menos importantes, que digan que no hay tanta contaminación, que defiendan lo indefendible.
Que estamos cansados de que los medios de comunicación de Huelva nos ignoren.
No estábamos todos en la manifestación, por supuesto que no.
No estaban los que tienen intereses directos, ya sean económicos, ya sean políticos, ya sean de influencia.
No estaban los conformistas, los que se quejan pero no hacen nada.
No estaban los ocupados, los de "me hubiera gustado ir, pero es que ese día....".
No estaban los remilgados:"yo, mientras halla partidos políticos por enmedio...".
También hay muchos que no estaban físicamente, pero que apoyan y son conscientes.
No estábamos todos, evidentemente, pero estábamos (lo digo en el buen sentido de la palabra, sin prepotencia, que nadie se ofenda...) LOS MEJORES.
Y el tiempo nos dará la razón. Pondrá a cada uno en su sitio. Estoy convencida de que Huelva pasará a ser considerada, con el tiempo, uno de los mayores delitos ecológicos, una ciudad negra.
Pero para eso hace falta tiempo, tiempo, tiempo.....Y entonces los que hoy callan, los que hoy defienden, los que hoy toleran, ya estarán a buen recaudo, y no sentirán la culpa.
Y los que hoy hablamos, pedimos, suplicamos, tal vez no lleguemos a verlo.
Pero no importa. Habremos prestado nuestra voz y un cachito de nuestra energía por algo que consideramos justo. Es suficiente.