LUIS CUMPLE QUINCE AÑOS

La semana pasada , Luis, cumpliste quince años. No tuve tiempo de escribir nada, tenía la cabeza un poco azotada por preocupaciones, y el poco tiempo del que dispuse en ese día, lo empleé en hacer la tarta de chocolate y galletas, que no puede faltar en ningún evento, y que sé que te encanta, que os encanta. Naciste el vientinueve de septiembre(mi mes preferido). Tu padre y yo nos emocionamos al verte, y para tu hermano fue una alegría tremenda, el mejor regalo de santo (era el día de San Miguel....), y yo creo que uno de los más importantes de su vida. Cuando erais pequeños me emocionaba mucho de ver cuánto os queríais. El embarazo fue duro, muy duro: la muerte de mi padre (se me fue un Luis y vino otro), la varicela, el miedo a que ésta hubiera dejado secuelas....Y como para compensar el sufrimiento, llegaste tú, tremendamente bonito. Por fuera, pero luego me fui dando cuenta de que tambiés lo eras, y lo eres, por dentro. Cuando pienso que hace quince años que pasó todo eso no me lo puedo creer.

¿De qué huye el tiempo, que corre tanto...?

Eres el chico de la casa, y resulta que ya no eres tan chico....¡cuesta asimilarlo! Pero te prometo, aunque tú no te lo creas, que intento recordar cada día que ya no eres un niño. Luis, yo sé que no quieres que te escriba nada, puede incluso que tenga que borrar esto cuando llegues y lo leas, que te enfades; por algo eres adolescente, y tienes que ejercer de tal, claro que sí. Pero me arriesgaré a hacerlo de todos modos. Porque quiero decirte que desde que llegaste al mundo y a nuestra familia, has sido un bálsamo y una alegría continua. Que en los momentos duros, me he acercado a ti, porque siempre me has transmitido paz y tranquilidad.Y que entre tus muchas cualidades, destaco por encima de todas tu bondad. Y esa manera peculiar tan tuya y tan sabia que tienes de entender las cosas, sin dramatizar nada, tan diferente a mí. Mi Gandhi particular, como te digo a veces.

Tengo que decirte que sólo por conoceros a tu hemano y a ti, me ha merecido la pena venir a este mundo. Por muchas más cosas, claro que sí, pero sobre todo por eso. Disfruta Luis, de tus quince años. La adolescencia es una tierra movediza. Pero yo confío en ti. Confío en que irás modelando tu personalidad, adquiriendo seguridad, haciendote un hombre con luz propia (aunque ya la tienes...). Aquí estaré siempre, siempre, siempre, incondicionalmente, para regar de amor cada día de tu vida. Te quiero. Como nunca jamás nadie podrá quererte.