GAFAS DE CERCA: November 2010

GAFAS DE CERCA

Tuesday, November 30, 2010

HUELVA, SIN MALOS HUMOS

Si el tiempo pasara y "el humo" se fuese, si nunca estuviera, si nunca estuviese. Si por las mañanas respirar pudiera; si nadar pudiese en lo que ría fuera. Si el tiempo pasara, los humos se fueran, y los fosfoyesos desaparecieran. Si los consejeros, si los delegados, si los concejales y los diputados, se hiciesen conscientes y nunca mintieran, y sólo verdades sus bocas dijeran. Y nos defendiesen, y nos defendieran, y nos protegiesen, y nos protegieran. Si Huelva no fuese ciudad basurero, si se la tratase con mayor esmero. Si los que trabajan por nuestra salud hiciesen informes que vieran la luz. Si la gente fuera, si la gente fuese, más comprometida, menos indulgente. Si el tiempo pasara, Huelva respirase, después de su historia de tanto asfixiarse. Si a los ciudadanos se les respondiera, y lo indefendible no se defendiera. Si el tiempo pasara y "el humo" se fuese, si nunca estuviera, si nunca estuviese...
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(Ojalá no tuviese que estar escribiendo otra vez sobre este tema, pero la realidad me obliga...)

Saturday, November 20, 2010

DESASOSIEGO

Camino sobre dos líneas paralelas sin caerme; yo, que jamás pensé dedicarme a trapecista. Camino encerrada en una encrucijada; yo, que nunca me curé de una fuerte claustrofobia. Camino víctima de emociones que suben, y bajan, y suben; yo, que no voy a la feria por no mirar la noria. Camino, ya, resignada, a lo que quieran los dioses; yo, que nunca fui cobarde, que nunca fui conformista...

Saturday, November 13, 2010

COSAS QUE PASAN

Mi amiga se acostó como todas las noches. Se quitó el reloj y lo dejó en la mesilla de noche. Concilió el sueño. Su cuerpo siguió en la cama toda la noche. ¿Ella? Por la mañana dijo que había soñado. Que había soñado un sueño muy real, como si lo hubiese vivido. Estuvo en la playa. Cerca de donde dormía. Ellos eran muy altos, vestidos de blanco. Venían de muy lejos. De tan lejos, que no eran de este planeta. Ellos sabían que a ella podían "extraerla", abduccirla, suele decirse. En realidad, mi amiga siempre lo deseó, desde pequeña. Es más, estaba segura de que un día pasaría. Recuerdos del futuro, digo yo. Mientras hablaba con ellos, en la orilla, había una gran paz y quietud, estaba empezando a amanecer, y sobre el agua estaba suspendida la nave espacial. Les preguntó que para qué venían aquí. Ellos les explicaron que venían a ayudar a encontrar una solución a esa enfermedad llamada cáncer. Ella se sorprendió un poco. No esperaba esa respuesta. También les preguntó que por qué no se mostraban públicamente. Ellos le respondieron que porque no estábamos preparados para aceptar y recibir esa noticia. Volvío a su cuerpo, a su cama, a su casa. A la mañana siguiente el reloj nuevo que había dejado en su mesilla tenía la pila agotada, y se había parado a las cinco de la madrugada. Por qué, si estaba recién puesta y le habían asegurado que duraría un año. Al otro día, cuando su marido trajo el periódico, aparecía en éste la siguiente noticia: unos agricultores de Gibraleón aseguraban haber visto un Objeto Volante No Identificado en dirección a la playa de Matalascañas.
Piensen lo que quieran.
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Monday, November 01, 2010

LA E DE CUATRO PALOS

Siempre nos dió mucho miedo la e con cuatro palos. Desde pequeñas. Esto, que a una persona normal jamás hubiese asustado, a nosotras nos aterraba. ¿Hay algo más desagradable que una e con cuatro palos?
Cosas como ésas nos hacían diferentes. Un poco atípicas. Por eso estábamos de más en todos los sitios. Nos escapábamos de los guateques y nos íbamos a la playa a ver la luna. No usábamos tacones. Siempre nuestros amigos eran los más bohemios.
Íbamos con la pandilla pero sin ganas, como una obligación, y cuando podíamos nos despistábamos, con la sensación de estar cometiendo una falta, como cuando uno se escapa de la escuela, o algo así.
En Las Colombinas, en vez de bailotear en las casetas, bien arregladitas, como todo el mundo, nos íbamos por ahí a hacer fotos. Reparábamos en sutilezas un tanto absurdas, y nos pasábamos el rato enganchadas a éstas. O escuchando la música de los coches topes. U observando a los feriantes. Alguna vez se nos pegó algún niño vagabundo y lo tuvimos "adoptado" durante años.
Sabíamos por lo tanto que nunca llegaríamos a ministras, como otras amigas nuestras, que tal vez sí llegarían, ni asumiríamos cargos importantes, ni seríamos mujeres serias, de traje de chaqueta y convenciones sociales.
Crecimos. Asumimos roles más típicos-tópicos, por el bien de nuestras familias y para poder criar a nuestros hijos un tanto ordenadamente. Algunas veces me aburrí mucho con mis nuevas amistades, para qué negarlo. Me sentía como un pez en el aire, como un pájaro en el agua, es decir, fuera de lugar. Pero yo hablaba de lo que había que hablar, y hacía lo que había que hacer. Así pasé años, un tanto desarraigada de mí misma. También mi amiga, por otros caminos que no llevan a Roma, se extravió de su propia naturaleza.
Pero al llegar a los cuarentitantos nos dimos cuenta de que aún nos daba miedo la e con cuatro palos. Volvimos a escaparnos a hacer fotos, a escribir versos, a contemplar atardeceres. No todo estaba perdido. Simplemente habíamos hecho un teatro para poder sobrevivir. Ahora ya no era necesario hacerlo. Sólo a ratos, pero sin creérnoslo.
Pero lo mejor de todo, lo que nos hizo sentirnos plenamente felices, fue el hecho de darnos cuenta, que en mayor o menor medida también a nuestros hijos le asustaba la e de cuatro palos.
Fue maravilloso.

DIA DE DIFUNTOS

Que no se mueran los muertos: que se queden siempre vivos, vivos en el sentimiento. En las bocas que besaron, en los versos que escribieron, en los cuerpos que abrazaron, en las cosas que dijeron. Que no se mueran, que no se mueran los muertos.