VEINTINUEVE DE SEPTIEMBRE
Yo tenía miedo de ser madre de nuevo. Me empujó tu padre: por nada del mundo quería que Miguel fuera, como él, hijo único. Me daba terror un nuevo parto, la crianza, cómo iba a poder con dos, si no podía con uno, me decía. ¡Pero tú fuiste tan bueno conmigo, Luis, desde el principio...! Tu parto, rápido, suave. Tú, un bebé precioso. La gente me paraba por la calle, para un anuncio es el niño, me decían. Te crié casi sin notarlo, eras fácil, dulce, tranquilo, sonriente. Fuiste la guinda del pastel, de este pastel que es nuestra familia. Un toque de ternura. El humor, la risa, la ocurrencia. Fuiste creciendo apaciblemente. Ahora eres un adolescente peludo