Sunday, October 30, 2011
Friday, October 21, 2011
PROPÓSITO DE ENMIENDA
Ordenaré mi cabeza. Haré un rastreo concienzudo por pensamientos y deseos, arrancaré los que sean malos para mí, los imposibles, los complicados, los delirantes. Bajaré mi nivel de conciencia. Menos profundidad, menor sufrimiento. Me conformaré con la realidad pura y dura, con vivir la vida que me corresponde, seré un señora adecuada a roles y circunstancias. No haré más preguntas, evitaré con ello mi algarabía interior, y de cara al exterior resultaré menos pesada e insistente, lo cual parece ser mi principal defecto. Procuraré tener en orden mis cajones, los de los armarios y también los de la conciencia, doblar las sábanas de la forma adecuada (que no sé cuál es, por cierto), conversar sobre los precios de la ropa de la nueva temporada y la calidad (o no) de los tejidos de Zara, sobre la manera de hacer el pollo en salsa, sobre los beneficios del gimnasio y el pilates, y los perjuicios para la salud de cenar hidratos de carbono. Cosas concretas. Cosas concretas, sí, amiga, cosas concretas. Cosas de andar por casa. Normales. Lo que se espera de nosotras. Ponerme una careta. Ya lo decíamos cuando éramos adolescente, lo sé, amiga. Ya lo decíamos entonces: vamos a intentar ser normales, más normales, un poco normales. A ver si nos gusta ir a las discotecas en vez de pasar las horas muertas viendo las puestas de sol frente al mar, tumbadas en la arena boca arriba para ver las estrellas en la noche. Vamos a intentar cuando vayamos a la feria disfrutar de la noria y las orquestas de las casetas, y no perdernos por ahí haciendo fotos a los feriantes, haciendo amigos poco convencionales, decíamos. Lo decíamos, amiga, pero no lo hicimos. Y ahora, de repente, el tiempo pasó tan deprisa, que somos señoras hechas y derechas, sí, señoras, amiga, por raro que te suene.. Eso somos. Y no hemos cambiado. Si acaso un poco cuando los niños eran pequeños, para poderlos criar de manera adaptada al medio. Pero mis niños saben mejor que nadie (y no les importa) quien soy y como soy. No los engañé a ellos. Y como ya han crecido volvemos a las andadas. Éramos más viejos entonces, como decía el título de una conocida gira de cantautores. Volvemos a las andadas. Nos creemos que el mundo es una película(romántica). Queremos ser libres. Pretendemos que cada día sea una aventura. No nos conformamos con la rutina, la monotonía nos abruma. Necesitamos crear, escribir, inventar, para sentirnos vivas. Nos persigue el incoformismo. Y no son así las cosas, amiga, no son así las cosas. Pero ahora…No sé tú, pero en cuanto a mí, de esta semana no pasa, amiga, que me haga una persona normal. Concreta. Y común. Y corriente. Y moliente. Si puedo…, claro.