UNA LOCA QUE HABLA
con cara de escuchar a una persona cuerda.
Nos parecía impúdico hacer la función espejo
y que ella notara que está loca de remate.
Hablaba de amor y sexo esa pobre loquita…
Pero también los cuerdos hablaban de lo mismo.
La conclusión que saco es que locos y cuerdos
sólo necesitan amar y ser amados.
La loca repetía lo mismo todo el rato.
Nosotros la escuchábamos como si no repitiera.
Daba pena poner cara de aburrimiento.
O de desinterés. O de pavor y miedo.
La pobre loca quería que alguien la escuchara.
Y mi amigo, tan bueno, la escuchó sin reparo.
E incluso la abrazó como si fuera cuerda.
Fue una mentira piadosa aquel cálido abrazo.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home