GAFAS DE CERCA: PERO QUERÍA EL MAR

Wednesday, April 30, 2014

PERO QUERÍA EL MAR

 
 
Ella tenía valles y montañas, colinas nevadas en invierno, hermosas, como salidas de un cuadro, que floreaban en primavera, jazmines que olían maravillosamente bien. Ella tenía campos de... girasoles, puestas de sol y amaneceres, podía volar sobre las nubes y dejarse llevar por la corriente de caudalosos ríos.
Pero quería el mar.
Ella podía descubrir el por qué de muchas cosas, desde la composición de los átomos a los nombres de los planetas, intuir otras vidas, sentir los placeres que el cuerpo otorga, recorrer corrientes de energía, maravillarse y alucinar con la vida, recorrer pedacitos del mundo.
Pero quería el mar.
Y el mar era de otro reino, de otra dimensión, de otro universo. Podía intuirlo, oler desde la distancia su olor a algas en la bajamar, sentir incluso el salitre en su boca cuando el viento sopla fuerte, ver a los lejos el azul, muy a lo lejos…
Pero no podía sumergirse en él, no podía jugar con sus olas, ni dejarse llevar por la corriente, ni nadar en sus aguas abrazando su espuma, ni sentir la sal en su cuerpo...
Ella tenía todos los frutos del huerto, las aves del cielo, el bienestar del sueño, la enorme alegría de muchos seres humanos que la amaban.
Pero nunca tendría el mar. Nunca tendría el mar con sus enormes peces y sus pequeños moluscos, con sus barcos hundidos en los profundos fondos, con sus corrientes y su calma, y su color cambiante, y su belleza.
Ojalá nunca lo hubiera presentido, ni hubiera sabido de su majestuosa existencia, que empequeñecía a todo lo demás.
Ella tenía playas, dunas, y acantilados.
Pero quería –y ese era su dulce sueño y su perdición- el mar.

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