GAFAS DE CERCA: July 2014

GAFAS DE CERCA

Sunday, July 27, 2014

PUNTO Y APARTE PARA TODOS LOS CUENTOS DEL MUNDO


A veces la fantasía juega malas pasadas
pero hay que estar atenta para no soltar amarras,

la calabaza de Cenicienta, pese a todos los cuentos,
no fue nunca una carroza dorada.
He visto en el mar el color gris del otoño,
estaba hoy azul, pensaréis vosotros,
tal vez mi daltonismo emocional sea acuciante.
A veces la imaginación se apodera de nosotros
como los virus, o los estreptococos,
y hay que expulsarla con un poco de cordura.
No es sólo Peter Pan quien llega a la isla,
a la Isla de Nunca Jamás, no llega solo:
voy yo con él, como niña perdida.
A veces la fantasía no es como en los cuentos,
que acaban bien, para que los niños no lloren,
no siempre el lobo acaba en la hoguera,
ni todas las Caperucitas son rescatadas.
Voy a abandonar los cuentos y las preguntas,
me dedicaré a escribir libros formales,
y haré ecuaciones de quinto grado, si es que existen,
para que me den resultados exactos.
Exactos y fiables, no como en esos cuentos,
que solo sirven para dormir a niñas tontas.
Puntos finales, puntos y aparte,
para todos los cuentos del mundo.

Wednesday, July 16, 2014

TREINTA Y CINCO PEREGRINOS A LOS QUE LLEVARÉ SIEMPRE EN EL CORAZÓN



Nos subimos a un autocar un domingo a las seis de la madrugada, medio dormidos y sin conocer apenas a nadie. No podía ni imaginar que nue...ve días después, esas caras que para mí eran tan desconocidas tomarían forma, y se convertirían en nombres propios, en seres humanos irrepetibles, no podía ni imaginar que nueve días después, en ese mismo sitio, nos abrazaríamos emocionados y nos costaría despedirnos.
Ese autobús nos llevó hasta Galicia. No sé realmente por dónde empezar a contar. Han sido tantos y tan intensos los momentos vividos, la emoción de ir conformando un grupo tan unido, tan especial…
Hay tantos momentos dentro de mí, que se amontonan y forman una emoción única, tendré que ir entresacándolos con el paso de los días. Andar en fila al amanecer por esos maravillosos paisajes y sentir cómo el sol iba dando luz y calor al mundo. Llegar a los encantadores pueblecitos y auto-regalarnos la cervecita, tan merecida después de la caminata, y sentir la alegría del momento y el calor de la buena compañía. Ir haciendo camino al andar, e ir a la vez conociendo poquito a poco a los compañeros de camino, una conversación, una sonrisa, una palabra de ánimo, un silencio compartido…Nunca una mala palabra, jamás una mala cara.
Andar por los caminos avanzando y cantando (Serrat, Jarcha, ay esa Ana…), con el único propósito de avanzar y cantar, como si no existiera nada en el mundo fuera de nosotros, de ese camino, de esa canción. Llegar a Santiago acercándonos poquito a poco (“ala lalín, lalín, lalín….”), esperándonos para entrar todos juntos, divisando la ciudad primero a lo lejos, luego adentrarnos por sus calles hasta llegar a la plaza del Obradoiro, y al vernos allí, abrazarnos los unos a los otros, llorar de emoción.
Y comer, y beber, y reír. Y abrirnos, y contarnos nuestras alegrías y nuestras penas, las que cada uno ha ido atesorando a lo largo de ese otro camino que es la vida, tan similar al Camino de Santiago…
También en la vida se ríe y se llora, se avanza rápidamente unas veces, y en otros momentos necesitamos parar y descansar. También en la vida nos apoyamos en los demás para seguir adelante, y vamos descubriendo siempre cosas nuevas si somos capaces de completar cada etapa, de no quedarnos parados.
Pasarán los días, cada uno volverá a sumergirse en la rutina del día a día, en sus cosas, y nos iremos alejando, y es normal que así sea. Algunos mantendremos más contacto, con otros se perderá para siempre. Pero estos días compartidos ya nadie nos lo puede quitar.
A esos treinta y cinco compañeros peregrinos (sin olvidar a nuestro guía –líder-, y a nuestro conductor Jorge) los llevaré siempre en el corazón.