SEVILLA
No tengo prisa.
Camino por las calles
sin edad ni relojes.
Es una ciudad sin tiempo
y yo también lo soy.
La ciudad y yo nos entendemos.
Aquí soy yo como lo fui entonces.
No tengo prisa.
Saboreo encuentros y despedidas
y sé que el verdadero encuentro
es conmigo misma.
Fantaseé con ser observada
desde ventanillas de autobuses urbanos..
Ahora sé que todo es más sencillo
y más palpable.
No tengo prisa.
Me siento junto al río
a escribir en papel grueso de envolver
-no tengo otro-.
Escribo junto a este Guadalquivir
donde antaño- salvando las distancias desde luego-
se sentara a escribir Becker.
Pienso en él y en el romanticismo...
No tengo prisa.
Aquí soy yo: sólo yo y mis recuerdos.