No sé si sería posible volver. Volver a una educación con mayúsculas, digo. Despojar el sistema educativo actual de tantos adornos y parafernalias que no sirven para nada. Simplificar. Llenar las aulas de sentido común.
Actualmente , las mochilas van abarrotadas de libros (cuidados, ilustrados y actualizados) y los niños saben menos que nunca.
Hay miles de normas, decretos, leyes, procedimientos, comisiones, figuras intermediarias y asesores, y nunca fue peor el comportamiento del alumnado.
El maestro o profesor tiene que hacer miles de cosas (rellenar informes, partes, impresos, supervisar libros, informar, coordinarse, actualizarse, saber de informática e idiomas...) pero le faltan las dos cosas más importantes: el respeto del alumno y el apoyo de los superiores.
Los padres tienen más cauces que nunca para intervenir en el sistema (consejo escolar, APAS...) y además entran y salen en los centros, y se les escucha, y sin embargo, no suelen estár contentos con la educación que reciben sus hijos.
Actualmente el sistema educativo tiene tantas cosas encima que lo esencial está tapado con tantos "cachivaches". Le haría falta una limpieza, como a una habitación desordenada y sucia: tirar a la basura todo lo que no sirve y quedarnos sólo con lo útil y valioso; ordenar, organizar.
Si yo tuviera que hacer esa limpieza, es decir si fuera Ministra de Educación, o Consejera , pongamos por caso, se me ocurre que comenzaría así:
-Pediría al gobierno que invirtiera mucho más en educación, haría una campaña gigante que pusiera de manifiesto que la educación es el pilar de una país, e intentaría por todos los medios que la partida para educación fuera al menos igual a la de los demás países europeos. Con este dinero, principalmente bajaría la ratio de los grupos-clase, y aumentaría el número de maestros y profesores en los centros. Los que hiciese falta, que los niños estuviesen bien atendidos. Al bajar la ratio, se podría trabajar bien, dando una atención más individualizada a los alumnos. No más.
-Daría instrucciones a los servicios de inspección para que fueran más cercanos al profesorado, para que además de a inspeccionar, estuviesen dispuestos a ayudar, a escucharlos, y a trasladar las demandas a esferas superiores. Eso sí, en los casos graves,muy escasos, pero algunos hay, en los que hubiese que intervenir (casos de absentismos más que probado, actitudes de acoso o maltrato evidentes...) no debieran andarse con paños calientes y sí actuar y "meter mano". Además, tendría en cuenta, que si los docentes no están motivados, valorados y van contentos a las escuelas e insititutos, poca calidad de enseñanza podríamos conseguir.
- Cambiaría las leyes (o decreto- leyes, o normas o reglamentos...) para que los niños no pasasen de curso si no aprueban, y no aprobarían si no están aptos para ello. Contenidos muy seleccionados, pero bien aprendidos. Mucha Lengua y muchas Matemáticas. Comprensión, memorización, razonamiento. Esfuerzo. Sin miedo a esta palabra.
- Daría armas a los maestros y profesores , para que , dentro , por supuesto, del respeto hacia el alumno y la corrección, tuviesen poder suficiente para ejercer la autoridad, sin necesidad de tanta burocracia y no dejaran "pasar una" desde el primer día de curso. Bajar el "umbral del aguante" de los docentes. Que a niños y padres les quedara claro que en el cantro docente hay normas que hay que cumplir, y que si no se cumplen hay sanciones. Así, los maestros y profesores podrían dar clase, enseñar, y los niños aprenderían autocontrol , educación, normas básicas para andar por la vida.
- Vigorizaría enormemente la enseñanza pública. Quien quiera enseñanza privada que se la pague. ¿No estamos en un país laico?.
- No prestaría gratis los libros a todos los alumnos, con los consiguientes efectos secundarios de esta medida (no subrayado, trabajo extra para profesores, no libros en propiedad, etc.), y sí los regalaría a aquellos alumnos con bajo nivel económico mediante sistema de becas, que intentaría fueran abundantes para que ninguna familia que lo necesitase se quedara sin ella.
- Instalaría obligatoriamente en todos los centros escolares casilleros para guardar los libros, a fin de que los niños de nuestro país no tuviesen que padecer diariamente esa pesada carga sobre sus espaldas, desmesurada, absurda; y de camino ahorraríamos en gastos de traumatología en el futuro.
-No gastaría tanto dinero en ordenadores; al final sirve para poco tener todas las aulas llenas de ordenadores que se estropean, que muchas veces no se conectan, y que causan problemas añadidos como tener que "cuidarlos" de las agresiones de los niños.Esto no quiere decir que no hubiera informática en las aulas, pero quizá más austeramente, dos o tres aulas de informática en un centro serían suficiente, y cuando el profesor quisiera utilizarlas, se acudiría a ellas, como se acude a la biblioteca o al gimnasio.
En resumen, firmeza, serenidad y seriedad en Educación. Y respeto: de maestros y profesores a alumnos, pero también de alumnos a maestros y profesores. De maestros y profesores a padres, y también de padres a maestros y profesores. En Primaria y en Secundaria . Y en Infantil, por supuesto.Sin olvidar el respeto, cómo no a la Integración de discapacitados y de inmigrantes, y desfavorecidos sociales, por supuesto. Que todos quepan. Con los medios adecuados.
Y más cosas. Pero ya me he extendido demasiado. Y además no seré nunca Ministra, ni Consejera, ni Delegada, ni Jefa de nada, ni siquiera Asesora. Aunque sí profesora, maestra. Lo que soy.
Pero....déjenme soñar.
PD: El maestro de la foto es mi padre. Cuando era pequeño llevaba tan sólo un libro a la escuela. Y, sin embargo fue una de las personas más cultas e integralmente formada que he conocido (perdona, papá). ¡Me gustáría tanto poder preguntarle qué opina del sistema actual!