PROMETO NO SOLTARME EL PELO
Prometo que voy a ser la mujer que debo.
Me pondré piedras en los zapatos
para estar siempre con los pies en el suelo.
Prometo no reír a destiempo,
y sólo beberé cerveza las fiestas de guardar.
Tendré siempre la cordura a la hora fijada,
y erradicaré de mi cabeza todas las fantasías.
Fumigaré con mata-sueños si hace falta.
Prometo que voy a ser la mujer que debo.
Me tatuaré mi fecha de nacimiento,
para ser fiel a la edad que ésta marque:
todos los días, todas las horas, la iré actualizando.
Recordaré la pasión, el amor, las ilusiones,
como cosas lindas que en la juventud suceden.
Recordaré simplemente.
Plancharé y almidonaré las pelis de final ambiguo.
Y seré implacable con la duda: dos y dos son cuatro,
y no se le da más vueltas.
Cuando mi alma de poeta llore por todo ello,
no la cogeré en brazos para que no se mal-acostumbre.
Prometo que voy a ser la mujer que debo.
Prometo que no llevaré el pelo suelto.